Artículo publicado en HOY de 4 de Marzo de 2015, página 16.
Lorenzo J. Blanco Nieto
Catedrático de Universidad. Universidad de
Extremadura
Con la frase que da título a este artículo iniciaba el periodista
la noticia acerca de la redacción del Estatuto de Capitalidad hace dos años (HOY,
24-II-2012). No era la primera vez que se planteaba la cuestión. Periódicamente,
los grupos políticos debaten acerca del estatuto de la capitalidad de Mérida,
dando lugar a múltiples referencias en los medios de comunicación. Por mi
parte, en enero de 2001, ya escribí en este diario acerca de este y otros temas
derivados del mismo.
En la legislatura actual el tema resurge en la
primera visita del Presidente Monago al Alcade de Mérida. Probablemente,
entendió que una buena forma de ganarse el apoyo del su opositor interno, era retomar
el estatuto. De esto se hicieron eco los medios de comunicación en agosto de
2011 (HOY, 30 - VIII - 2011).
Es un tema confictivo que puede verse desde
diferentes puntos de vista. No es mi interés cuestionar la capitalidad acordada
en el Estatuto de Autonomía. Pero, es triste que este tema aparcezca siempre
ligado a la posible financiación específica de Mérida en los presupuestos de la
Comunidad Autónoma, lo que lo convierte en un problema básicamente económico.
En la propuesta de Ley que se preseta a la Asamblea de Extremadura lo valoran
en dos millones de euros (Disposición transitoria). Es su precio. Aunque en el
art. 20, b se mencionan otras inversiones directas e indirectas que aumentarían
el gasto.
La petición periódica de los políticos de
Merida, y con mayor intensidad en peridodo electoral, sobre la financiación de
la capitalidad o incluso de la petición de llevarse a su ciudad otras
instiruciones como la Delegación del Gobierno o las Direcciones provinciales, o
capitalizar el crecimento de la universidad, es lamentable y rompe el pacto
implícito que se establece entre las ciudades de Extremadura desde la aprobación
del Estatuto de Extremadura. En la propuesta actual se hace referencia,
incluso, a la Universidad de Extremadura.
El principal argumento, que siempre
priorizan, es la necesidad de compensar economicamente a Mérida por albergar
las instituciones regionales la Asamblea de Extremadura y el Gobierno regional
con todas sus consejerías y servicios. Según se quejan para la ciudad supone un
gaste tremendo y unas molestias para sus ciudadanos.
Cuando oímos esta exposición
de motivos, surgen diferentes preguntas y una propuesta contundente: ¿Duda
alguien de los beneficios económicos y de población que estas instituciones han
proporcionado a Mérida? ¿Tendría Mérida la dimensión económica que tiene ahora
si el Gobierno Regional y la Asamblea hubieran estado en otras poblaciones? Por
ejemplo, en Cáceres o en Badajoz. ¿Cuántas obras de infraestructura se han
realizado en Mérida como consecuencia de esta situación? ¿Cuántas personas
viajan a Mérida a diario con lo que supone de ingresos adicionales a la capital?
Sería interesante conocer
los ‘miles de millones` de euros que se han invertido en Mérida como
consecuencia de esta situación, proporcionando puestos de trabajo, beneficios
económicos, infraestructura, etc., muy superior a la que le correspondería por
la población que tiene.
Creo que las respuestas a estas
preguntas son fáciles y, estoy seguro, coincidiríamos en ellas todos o casi
todos los extremeños.
La propuesta es muy simple e
inmedita: Si los responsables municipales de Mérida estiman que la capitalidad
les supone gastos que no pueden soportar propongo que el Gobierno Regional y la
Asamblea de Extremadura se trasladen a otras ciudades. Los pacenses, por
ejemplo, estaríamos contentos de albergar alguna institución, o las dos, que
por población y por ser la mayor ciudad de Extremadura nos debería haber
correspondido. Y no exigiríamos ninguna ley de financiación puesto que ya las
instituciones públicas son un elemento de generación de riqueza y dinamización
de la ciudad.
Comprendo la importacia de compensar
aquellas situaciones que producen gastos y perjuicio, pero ¿cómo justificar el
pagar por algo que produce un beneficio económico a la ciudad? No les ha ido
mal con su estatus administrativo actual.
Sería importante que
reconoceran y agradecieran la aportación que todos los extremeños estamos
realizado a Mérida, y dejaran de poner en cuestión el consenso autonómico que
nunca se ha cuestionado por los ciudadanos de otras ciudades. Parece evidente
que si Mérida sigue con reivindicaciones como la de la compensación económica, y
algunas que se vierte en los documentos que se están debatiendo, deberíamos cuestionar
los pactos iniciales y plantear otras soluciones.
En Extremadura, mal o bien, se llegaron a unos
acuerdos, explícitos o implícitos, acerca de los lugares donde estarían
ubicadas las diferentes administraciones por ello me parece un sinsentido que
periódicamente se vuelva a incidir sobre temas que romperían estos acuerdos.
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