"Durante estos días se está hablando y escribiendo con pasión de la vuelta
al cole y a la universidad y, consecuentemente, de las nuevas medidas de convivencia
derivadas de esta nueva y extraña normalidad. Se habla de la situación y
riesgos de los alumnos y profesores, cuestionando, en muchas ocasiones, su
posible comportamiento. Y de paso nos metemos con la administración para hacer
un poco de crítica política que ahora se hace con más intensidad y ardor,
aunque es verdad que algunos cargos públicos hacen también sus méritos para
ello.
Pero lo curioso es que nunca he oído ni leído algo sobre la actitud y el
comportamiento de los padres, más que en su queja por el temor ante la
situación. Y es aquí donde quiero centrarme. Para evitar la crítica fácil diré
que ya no tengo hijos en edad escolar, pero tengo tres maravillosos nietos que
ya están yendo a sus centros respectivos. Uno en guardería y dos en primaria.
La primera situación paradójica me la sugerían las manifestaciones de los
padres sobre la supuesta falta de seguridad que los niños tendrían en los
centros escolares y los enormes riegos que iban a correr. Y, reitero el término
paradoja porque algunos de los padres que se manifestaban estaban de manera
frecuente con sus hijos en los parques, playas o lugares donde era visible la
aglomeración de personas, incumpliendo las medidas de seguridad que son de
obligado cumplimiento. Parece que no ponen pegas a estas concentraciones, ni a
las celebraciones de comuniones, bodas o cumpleaños que más de un disgusto nos
han dado, tanto en ciudades como en pueblos pequeños, y nos siguen dando. ¿Será
que consideran más importante estos actos que la educación de sus hijos? Considero
que con las medidas de seguridad adoptadas en los colegios los niños están más
controlados en referencia a la Covid-19 en sus centros escolares que en la
playa o los parques.
Cuando escribo estas letras ya ha empezado el curso escolar y los niños
han tenido que ir al colegio. Pues bien, dos situaciones son manifiestas en
relación a la falta de responsabilidad de los padres. La primera es el
amontonamiento de los padres en las puertas de los centros escolares sin
guardar las medidas de seguridad, como hicieron siempre. Pareciera que tuvieran
que coger al niño en la misma puerta, cuando posiblemente este mismo niño ande
libre por otros lugares de la ciudad, y seguro que se relacionará con sus
compañeros fuera del colegio.
La otra situación tiene por protagonista a adolescentes todavía bajo la
custodia de los padres. Las imágenes de estudiantes de secundaria y
bachillerato en las puertas de los centros de enseñanza, con abrazos y besos
por doquier, en muchas ocasiones sin la preceptiva mascarilla, no tiene nada
que ver con la administración educativa, ni con la organización escolar. Estos
comportamientos y las concentraciones que veíamos en Puerta Pilar y otros
lugares están en relación directa con la educación que estos adolescentes reciben
en sus casas y que actúan, en muchas ocasiones, con la permisividad de sus
progenitores a incumplir algunas normas sociales. ¡Si no pasa nada! La información
de HOY (11/09/2020) señalando que los jóvenes se desplazan de unos lugares a
otros, cuando se acerca la policía indica un comportamiento intencionado y un
nulo interés en ayudar a aminorar el problema de contagio de la covid19.
En general, no he visto a los padres preocupados por este tipo de
aglomeraciones y comportamientos. No hay disculpa para este mal comportamiento de
los adolescentes, como no la hay para la irresponsabilidad, en muchos casos
dejadez, de los progenitores que no tienen la suficiente autoridad moral para
convencer a sus hijos de que actúen civilizadamente. Muchos de estos padres
cuando surja algún problema culpabilizarán al sistema educativo y los centros
del problema. Y olvidarán que posiblemente sus hijos como portadores
asintomáticos estén en el origen del brote que pudiera surgir y con su desidia
está ayudando a la transmisión del virus como señalan los datos actuales.
Esta última situación se está dando, con mayor intensidad, en los
estudiantes universitarios, que estos días empiezan a verse paseando por las
calles. Las fotografías de terrazas llenas de estudiantes sin mascarillas y muy
juntos que circulan por la red en estos primeros días de reencuentro puede ser
la antesala de problemas en la universidad. La causa no será la actividad
académica universitaria. Lo será la actividad social de los jóvenes que, ajenos
a las estadísticas que indican que son el principal grupo transmisor, siguen
actuando con total libertad, al margen de lo que sería el sentido común.
También, los padres de estos chicos tendrán algo que decir y hacer, ya que no
te desentiendes de la educación de tus hijos cuando alcanzan los dieciocho o
veinte años." (HOY, 19/09/2020)