A
lo largo de mi vida he hecho muchas intervenciones públicas en diferentes
lugares pero nunca imaginé, que un día, iría a La Morera a hablar de unas
novelas escritas por un amigo de la infancia, al que no veía hace muchos años. Así,
he participado en la presentación de la última novela de Alonso Carretero, “La
reina de los Bucles de Ceniza”, que forma parte de una trilogía con ciertos
toques autobiográficos. Los dos títulos anteriores son Vuelta a la Libertad y
El nieto de Vulcano.
Completan
su bibliografía: Historias de
la canalla: Las mejores anécdotas del periodismo español (1997),
publicado junto a Maxi Bernaldez; El loren, la
puta y el coronel (2000); Las aventuras
eróticas de Arlekín (2006); Lo que
necesitas es amor (2009), premio Jose Lusi Coll de novela corta y La venganza
del friki (2010).
Todas
las obras de la trilogía tienen como referencia Aldivieja nombre que da al pueblo
y que toma de una retama que abunda en la sierra de María Andrés en La Morera.
Su pueblo y el mío.
La
casualidad quiso que se encadenaran una serie de hechos que me han reconducido
felizmente a Alonso, a sus novelas y a través de su lectura a un recuerdo muy
entrañable. Y luego, ese pasado, y este presente, se han unido a las novelas para
recordarme muchos buenos momentos y a muchas personas entrañables de La Morera.
Aquellos
que conocemos este pueblo, sus personajes y anécdotas, que hemos recorrido sus
caminos y sierras, leemos la trilogía con un doble pensamiento.
La
primera referencia es el recuerdo constante a los personajes de la historia
reciente del pueblo, que cita con sus nombres, y que toma prestado para adornar
la novela o para convertirlos en personales de su obra. Y los lugares que
rodean a Aldivieja.
Otra
referencia es la lectura de la historia que relata o de varias porque en sus
novelas siempre cuenta varias historias, simultáneamente. En la primera (Vuelta
a la libertad) es una doble historia que mezcla amor y política y de
comparación de dos mundos, el de los extremeños/maquetos que viven en el País
Vasco y los vacos nativos; la segunda (El nieto de Vulcano) una búsqueda de sus
raíces y de relación entre un escritor, banquero, etc. y la tercera la historia
de un personaje en lucha con su pasado en la que involucra a un grupo peculiar
con el que forma GACASI – Grupo Apostólico del Centro de Acogida San Isidro. Un
grupo muy peculiar.
Algo sobre cada novela
Por
mi parte, cuando abrí Vuelta a la Libertad es evidente que lo hice con mucha
curiosidad y expectación porque no sabía lo que me iba a encontrar. Mi compromiso
de presentar la novela era anterior a su lectura y se basaba simplemente en los
buenos recuerdos que me traía los años que coincidimos en La Morera.
La
curiosidad aumenta cuando veo que desde el inicio es temerario al atreverse con
un tema muy controvertido, en este país, como es el de ETA. Inicia la historia
en la época previa a la transición, en su época del País vasco, y establece,
como en otras ocasiones, dos historias paralelas entre una militante de ETA y
un ‘maqueto’ recién llegado al país vasco. Es muy interesante esta relación
entre estos personajes y otros que acompañan a cada uno. También lo es la
comparación en diferentes momentos entre Aldivieja e Ilargia (nombre que sitúa en
el país vasco) que lleva “una extraña mezcla de sentimientos” contradictorios.
Y
esta curiosidad aumentó cuando en el inicio del capítulo segundo de la primera
novela escribe: “El coche de Manolo el taxista se abría paso . . . desde la cuesta del Calendario pude
divisar la totalidad del pueblo …” y, en la misma página, habla de la cuesta de
la Escribana. Y aquí, por ejemplo, me paré a pensar las veces que habré tenido
esa visión y lo bonito que se ve el valle de La Morera desde la cuesta del
calendario.
Y
me enganchó la novela. Para mi la mejor.
En
novela mezcla el amor y la política, con dos mundos diferentes representados por
el maqueto y la militante vasca de familia bien. Se habla de la dificultad de
la interacción entre esas dos culturas que necesariamente tendrán que
relacionarse porque el mundo evoluciona independientemente de lo que deseemos.
La
novela provoca muchos elementos a recordar puesto que era la época efervescente
del cambio en España (la amnistía, la lucha de clases, la muerte de Franco e incluso se habla del derecho de
autodeterminación de los pueblos). La discusión constante entre los políticos
nacionalistas amantes de las fronteras y la posición política/ideológica de
Pablo, más internacionalista y solidaria, es muy interesante y de mucha
actualidad. En aquel momento había debate y formación política. Ahora solo hay
defensa de posicionamientos e intereses particulares con mucha base impulsiva y
debates broncos pero poca base ideológica.
Quiero
resaltar el hecho de proponer la escritura, (Pablo Salvaleón escribe su
historia como terapia de salvación) para ayudarle a recobrar su vida, su
estabilidad. En la tercera novela recurrirá a la lectura. Esto es muy
importante y señala el interés de Alonso Carretero por promover la lectura y la
redacción como elementos nobles para conocernos, para abundar en nuestras
contradicciones, en nuestros deseos y utopías.
El
nieto de Vulcano,
como el propio autor indica es claramente autobiográfica, en busca de su identidad.
Esto se aprecia cuando se lee y se conoce algo de la historia del pueblo.
También en ella aparece claramente reflejada La Morera aunque en esta ocasión
la inunda con la construcción de un pantano. Pero el pueblo renacerá en la
tercera novela.
En
el segundo capítulo de la segunda novela escribe: “Siempre se sube del sur al
norte para hacer el camino, como también se baja del norte al sur para deshacerlos”.
Parece que e s el destino de nuestra tierra, de Extremadura y de los
extremeños.
”Ese
camino de vuelta” es básico en su segunda novela y creo que en la trilogía
entera. En su obra hay siempre una búsqueda constante de encontrar el camino.
En la primera en relación a la vida, la política y el amor; en la segunda en
relación a su identidad.
Pero
como señala en El Nieto de Vulcano “uno va a muchos sititos pero volver solo se
vuelve a uno”. Y ese ‘uno’ es Aldivieja que es donde termina realmente su
trilogía. Son nuestras raíces y donde encontramos nuestra identidad lo que
andamos siempre buscando de una manera consciente o inconsciente. En la tercera
novela vuelve a incidir en este tema y señala: “El camino de regreso es fundamental”.
Y
yo también creo que es necesario deshacer este camino, como Alonso lo hace en
sus novelas, para encontrar “la identidad perdida”
.
En
la tercera novela (La Reina de los
Bucles de Ceniza) vuelven a aparecer los recuerdos entrañables de algunos
personajes que coge prestado de la historia de La Morera y los eleva a la categoría de apóstol del GACASI
(Grupo Apostólico del Centro de Acogida San Isidro).
Nuevamente
vuelve a entremezclar historias y para esta ocasión, incluso juega con el tipo
de letras lo que favorece al lector para saber en qué momento está. Está la
historia completa de Lázaro del Carpio es el personaje que parte de Aldivieja y
recorre el mundo para terminar en una casa de acogida juntos con otros
personajes de la calle. Lógicamente a Lázaro le pasan más cosas e incluso
recorre el mundo de la corrupción y de la mafia, volviendo a dejar un sitio
para los problemas de actualidad como hacía en la primera y segunda novela. La
figura de los testaferros está muy de actualidad.
En
La Reina de los Bucles de Ceniza aparece una historia en medio de la novela que
es la que desarrollan los 12 apóstoles a los que Lázaro y su amigo Santiago Ovando
quieren ayudarles a recobrar su estabilidad y readaptarlos a la vida, teniendo
siempre en la mente recobrar la confianza y el cariño de sus madres y abuelas.
Y el medio que utiliza es muy apropiado ya que es la lectura de un diario de
Lázaro que como podéis suponer refleja cosas de La Morera. Independientemente
del contenido del diario el hecho de recurrir a la lectura como terapia para reconducir
nuestra vida es una intención muy de alabar. Y más en un sitio como la
biblioteca en el que estamos.
Pero
además, y también como en la primera novela, Alonso Carretero es osado y
atrevido ya que en esa historia que cuenta aparece la referencia clara a la guerra
civil contando historias que tristemente pasaron y que marcaron los años posteriores
a la ‘victoria’ como se indica ene l final de la película Las bicicletas son para
el verano.
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