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viernes, 9 de julio de 2021

Sobre los indultos recientes, pero recordando algunos antecedentes.

 Publicado en HOY (09/07/2021).

"Debo señalar que tenía mucha prevención de opinar sobre los

indultos por el clima de crispación actual, que hace muy difícil el diálogo. Eran claras mis dudas, porque observo que manifestar ahora una opinión al respecto es exponerse al insulto y la descalificación y, obviamente, esto no me gusta ni creo que ayude a nada. Ejemplo de ello es la respuesta reciente al Presidente de la Junta de Extremadura, de sobra conocido por su moderación, cuando ha manifestado su comprensión hacia la medida que pudiera tomar el ejecutivo. Justificaba su postura señalando algo tan asumible como que “en España podemos caber todos, no puede ser lo que unos quieren que es quedarse con un trozo, ni lo que a mi juicio quieren otros que es quedarse con España entera, a su manera". Entiendo que hacía una llamada al encuentro y a la convivencia tendiendo lazos, como camino para superar el conflicto actual, evitando los extremismos. No ha sido la única voz que parece inclinarse a favor de los indultos, ya que el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) o los obispos catalanes, supongo que nada sospechosos de radicales, también se han manifestado en el mismo sentido. También el Congreso de los Diputados, que representa a todos los españoles, estaría a favor según la última votación al respecto (190 a favor frente a 152 en contra).

En cualquier caso, es evidente que el problema no es fácil y son muchas las variables que pueden considerarse, pero tenemos la posibilidad de tirar de la hemeroteca para recordar situaciones análogas. Esta visión retrospectiva nos indica que no es la primera vez que se concedería un perdón de este nivel, ni siquiera la causa más grave que se indultaría. A este respecto, recomiendo revisar nuestra historia reciente, (unos 10.652 indultos desde 1996, según algunas fuentes), que muestran múltiples situaciones ante las que gobiernos del Partido Popular y del Partido Socialista Obrero Español han considerado esta medida de gracia excepcional, para diferentes personas que habían sido condenados por diversos delitos. Algunos, al menos tan grave como el que han cometido estos políticos presos. Así, se han concedidos indultos a implicados en un golpe de estado, terroristas, a personas relacionadas con agresiones sexuales graves, corrupción y malversación de fondos, etc.

Resulta significativo el indulto a cuatro Mossos d'Esquadra condenados por tortura y varios miembros de la organización terrorista catalana Terra Lliure indultados por gobiernos de Felipe González y de José M. Aznar. Supongo que consideraron que eso era bueno para la gobernabilidad de España, y que favorecería la convivencia en Cataluña. La sociedad los asumió, pronto se olvidaron y la vida siguió a su ritmo.

Recordando estos datos, resulta sorprendente la reacción de algunos políticos y ciudadanos actuales que pareciera que hubieran olvidado la concesión de estos indultos cuyas características y las razones que los justificaron son similares a las que se manifiestan en la situación actual. Por ello, parecen oportunas las palabras del presidente de la CEOE al señalar que “hay muchas opiniones entre los empresarios, pero si esto acaba en que las cosas se normalizaran bienvenido sean”. Supongo que será como en ocasiones anteriores.

No es fácil asumir las causas que motivan una medida como la del indulto, aunque sea parcial y revisable, y más cuando los delincuentes eran personas que asumían responsabilidades importantes y abusaron de su posición para saltarse la ley y, en muchas ocasiones, enriquecerse. Igual que hicieron los indultados en ocasiones anteriores. Podemos entrar en reproches sobre el nivel de arrepentimiento o si lo volverán a hacer, sobre si cuando lo hicieron los que gobernaban se pudieron de lado y no lo impidieron, etc. pero parece necesario, en extremo, proponer medidas concretas que ayuden a superar esta situación de confrontación en la sociedad catalana, y ahora trasladada al resto del país. Y de alguna manera, las informaciones recientes sobre las actividades en Cataluña parecen indicar una cierta tranquilidad y que se caminara en esa línea de mejora de la convivencia.

Soy plenamente consciente que seguirán existiendo ciudadanos que lucharán por la independencia catalana, para lo que tienen todo su derecho. Faltaría más, pero deberán hacerlo dentro de la legalidad vigente. Al igual que un padre no impone la educación a sus hijos a base de guantazos, y si a base de diálogo, paciencia y mucha pedagogía, los que no somos independentistas debemos utilizar estas armas desde las instituciones públicas, y en los ámbitos privados, para que cada vez sean menos los que consideren entre sus objetivos trocear el país o imponer el pensamiento único.

No es un problema fácil pero el objetivo de reconstruir la convivencia en Cataluña es muy importante, ya que sin ello es difícil la armonía en el resto del país."

                                                          Badajoz, 21 de junio de 2021.