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lunes, 18 de diciembre de 2017

Lotería de Navidad y Matemática emocional


El periódico HOY (19-XII-2017) publica un artículo sobre la influencia de las emociones a la hora de elegir los lugares de compra y números de la lotería al margen de la lógica matemática y del sentido común.

Como se indica en el texto del artículo, todo ello podrá visualizarse experimentalmente en el futuro Museo de la Ciencia y la Tecnología.

En la pestaña de Publicaciones de Educación Matemática podéis encontrar también bibliografía sobre educación Matemática



Lotería de Navidad y Matemática emocional
Hace veinte años que venimos estudiando la influencia del dominio afectivo en la enseñanza y el aprendizaje de las Matemáticas. Es evidente que las emociones o la ansiedad, por poner algún ejemplo, inciden de manera importante en la educación matemática. Sobre esto existen numerosos trabajos, en referencia a estudiantes y profesores de Matemáticas, en todos los niveles educativos. Los resultados coinciden en señalar que las emociones condicionan su aprendizaje, y tienen repercusiones muy importantes en las decisiones cotidianas, más o menos importantes, que tomemos. Frases como “echa tú las cuentas que eres de Matemáticas” o “dímelo clarito que yo soy de letras”, o la actitud al pasar de largo la página del periódico con abundante información numérica, son manifestaciones claras de lo que señalo.
Lotería Nacional y Matemática emocional. Lorenzo J. Blanco. HOY

Pero en estos días hay un ejemplo paradigmático que nos aporta numerosos ejemplos de cómo lo emocional se impone a lo racional por encima del conocimiento matemático, y nos lleva a tomar decisiones que no tienen sentido si las analizamos con un cierto rigor. Me refiero a todo lo que rodea a la Lotería de Navidad y a la compra de los números en algunas administraciones o a los criterios para elegir un número o rechazar otros.
En estos días cuando he viajado a Madrid han sido varias las personas que me han pedido que les compre algún décimo en una conocida administración de lotería, convencidos de que la probabilidad de que les toque es mayor si lo compran allí, que en cualquier otra oficina de nuestra ciudad. No hay manera de convencerles que todos los números tienen la misma probabilidad del premio, independientemente de donde lo compren. Otra cosa es que la administración que venda más números diferentes tendrá una mayor probabilidad de dar el premio gordo o cualquier otro. Viendo en la televisión las largas colas que se forman en Madrid ante una conocida administración es evidente que esa convicción la tienen muchos ciudadanos. Uno entre cien mil es la probabilidad de un número de salir premiado con el gordo, y lo es independientemente de donde se haya comprado y de la cantidad que nos gastemos en él.
Las razones y comentarios que justifican la elección de los números a comprar resultan también muy significativos, mostrando hasta qué punto en nuestras decisiones priman más los sentimientos e impresiones que la razón. Así, podemos observar el rechazo general que tienen los números que repiten dígitos como el “44.444” o “34.777” a pesar de que en 1949 el gordo cayó en el número ”55.666” y en otras cuatro ocasiones el gordo tenía los tres últimos dígitos iguales. Tampoco gustan los números con muchos ceros como el “30.000”, y no digo nada de comprar el “00.000” que tiene la misma probabilidad de salir que cualquier otro. En alguna ocasión he oído decir que “el cero nunca ha salido, por algo será”, y se olvidan que tampoco han salido otros muchos números que están aguardando entre el uno y el cien mil.
En general, tampoco gustan los números bajos, que obviamente empiezan con varios ceros como el “00.013”, aunque este año puede venderse el 00155, pero evidentemente es por otro motivo que no tiene que ver con la probabilidad ni con la matemática. Por decir algo de Cataluña.
En otra ocasión hay quien se lamenta “llevo varios años apostando al mismo número, ya me tiene que tocar”. Resulta interesante seguir siendo fiel a algo aunque sea a un número, pero eso no aumenta la probabilidad del premio. Entiendo que uno juegue al número que marca la fecha de su cumpleaños o de cualquier otro acontecimiento gratificante, pero esas referencias no le dan preferencia al número.  En sentido contrario, hay quien piensa que “jugar al número que tocó el año anterior es una tontería”, ya que entendíamos que el número estuviera gastado. En ambos casos, la probabilidad es la misma que los años anteriores porque los sorteos son independientes uno del otro.
Obviamente los 206 sorteos habidos hasta el momento han proporcionado diferentes terminaciones. Por ahora el cinco es el que más ha salido (15,5 % de las veces), seguido del seis y cuatro (13,3 %), lo que no los convierte en números especiales. Con el paso del tiempo, el tanto por ciento de veces que se repite una terminación se irá a aproximando al 10%, como señala la Ley de los Grandes Números y podrá verse experimentalmente en el futuro Museo de la Ciencia y la Tecnología. En sentido contrario, hay quien señala a las terminaciones que todavía no han salido como el 27, 37 o el 67 como números malditos, mientras que la terminación 85 ha salido ya en siete ocasiones.
Son muchas las emociones que nos guían en el sorteo de la Navidad, pero la única manera de tener la seguridad de que te tocara el gordo sería comprando un décimo de cada uno de los números, lo que supondría un gasto de dos millones de euros. Tendríamos participación en todos los premios, independientemente de su nivel. Pero en ese caso, sabemos que ganaría la administración y no recuperaríamos lo invertido.

martes, 21 de noviembre de 2017

Sobre el Museo de Ciencia y Tecnología de Badajoz

En el HOY de hoy (21/11/2017) Alfredo Álvarez García, profesor Titular del área de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Extremadura, adscrito a la Escuela de Ingenierías Industriales y Presidente de la Comisión de la RSEEAP para la promoción del Museo de Ciencia y Tecnología de Badajoz, publica un artículo en el que destaca la importancia y las ventajas de crear el Museo.
Os dejo el texto:  

Museo de la Ciencia y la tecnología. Alfredo Álvarez
Museo de la Ciencia y la Tecnología. Alfredo Álvarez
HOY (21/11/2017)
"Gaudeamus igitur, que se está gestando, por fin, el deseado Museo de Ciencia y Tecnología de Badajoz. Ha costado mucho tiempo dar forma, aún de borrador pero ya con rasgos bien perfilados, a un proyecto cuyos beneficios a medio y largo plazo no ofrecen ninguna duda ni a los que han venido proclamando la necesidad de tal entidad a lo largo de dos décadas, ni a las decenas de instituciones públicas y privadas que se han mostrado favorables a su instalación (incluyendo a aquellas de las que ha dependido hacerlo), ni a las asociaciones que han apoyado la idea e incluso colaborado en su fomento. La Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País tiene contabilizadas, en un libro abierto a tal efecto, alrededor de un centenar de firmas de apoyo de entidades de todo tipo, así como de muchos particulares que se han sumado a la idea y que han llenado los aforos (lo demuestran las mediatecas) allí donde se han realizado actividades científicas promocionales.
Una demanda social tan patente supone sin duda el respaldo necesario a la inversión inicial del proyecto que, por otro lado, no es tan alta como pudiera parecer si se  buscan las colaboraciones y sinergias contempladas en el mismo. De todos modos las inversiones son eso, inversiones, capitales que se emplean para recoger un beneficio y, en este caso, el beneficio es, a poco que se piense, tan necesario como previsiblemente llamativo: se trata de ayudar a construir nuestro futuro despertando el interés en la ciencia y la tecnología. Hemos luchado durante mucho tiempo contra el poso social que asigna el concepto de cultura a las humanidades y lo excluye de las ciencias y la tecnología. Nadie es culto sin leer a Lorca, pero no importa no haber leído a Hawking, por dar dos nombres mediáticos.
Este lastre, como otros, es más notable en sociedades rurales, poco densas y poco comunicadas, y nuestra región es, en buena medida, un claro ejemplo de ello. La consecuencia es una falta de competitividad apreciable ya desde los niveles escolares. En efecto, como ya se ha comentado anteriormente, el último informe PISA, que es una medida comparativa del nivel de competencia de los estudiantes de 15 años en el entorno de la OCDE, pone a Extremadura en los últimos lugares de las listas tanto en Comprensión Lectora, como en Matemáticas y Ciencias. Y como no creemos que nuestros alumnos, nuestros docentes o nuestro sistema sean peores que los de Castilla y León, Navarra o Madrid, que son los primeros en las listas a mucha distancia de nosotros, hemos de buscar las causas de nuestros resultados en la ausencia de motivación asociada a nuestro particular entorno rural, poco denso y mal comunicado.
Parece que el cerebro aprende con menos dificultad si se apoya en emociones. Es un refuerzo innegable a la motivación. El que escribe estas líneas sigue recordando con viva emoción aquél verano de 1969 en el que el primer ser humano pisaba la luna. En Baños de Montemayor, en donde estaba veraneando, no había otra conversación aquellos días, ya fuera en las termas romanas en donde se aliviaban los dolores o en los talleres artesanos en donde se trabajaba el castaño. No sé si los estudios de Ingeniería y Ciencias Físicas que aquél niño extremeño emocionado acabó realizando fueron consecuencia de aquellos mimbres, pero en la actualidad mi emoción no es menor al recibir la noticia del descubrimiento de un nuevo planeta fuera del sistema solar.
¿Qué pasó el verano del 69 en aquél pueblo pequeño y de difícil acceso? Pues simplemente que los medios de comunicación hicieron posible que la emoción llegara a la gente y que un logro tecnológico de la NASA se convirtiera en un logro tecnológico del ser humano. ¡De cada uno de nosotros!
El proyecto del Museo de Ciencia y Tecnología de Badajoz pretende exactamente eso: llevar la emoción de estas disciplinas al hábitat de donde emergerá la sociedad extremeña de un futuro no muy lejano. La esencia del proyecto es provocar una vascularización del tejido social que lo mantenga permanentemente irrigado tanto de interés como de actitud científica, lo que va a ayudar, además, a despertar otras actitudes deseables en cualquier sociedad madura. Estos objetivos así planteados son similares a los que inspiran a los museos de ciencia actuales, tan alejados ya de aquellos decimonónicos gabinetes de arqueología tecnológica. La arqueología en los museos modernos son secciones ligadas en cierta forma al entorno en el que se expone. En nuestro entorno tenemos, como posibles candidatas a la sección arqueológica, las extraordinarias colecciones de instrumentos del Instituto Zurbarán y Bárbara de Braganza, las de medidas de la Asociación Ventura Reyes Prósper o las de la Asociación Benito Mahedero, entre otros.
Pero la esencia del Museo de Ciencia y Tecnología de Badajoz va a ser su carácter abierto. Se pretende hacer que el museo sea la propia ciudad de Badajoz. Se está tratando de implicar a las instituciones competentes para ir desarrollando los objetivos de expansión iniciales del museo como son, por ejemplo, que se articulen los ríos como eje de difusión en los campos biológico (catalogando su biodiversidad) y energético (rehabilitando los molinos o la central hidráulica, cuyo estudio se está realizando ya en la Escuela de Ingenierías Industriales de la UEx), que se coloquen en determinados lugares geometrías curiosas o imposibles siguiendo rutas estratégicas en la ciudad, que se instale un parque de relojes de sol, etc.
Sin desatender, por supuesto, la difusión recreativa de la ciencia, misión fundamental de cara a los más pequeños y a sus familias, desde el Museo de Badajoz se pretende por un lado difundir la actualidad científica y tecnológica, promoviendo conferencias cuando aquella lo demande o dando sede a congresos especializados, y por otro lado hacer pública la ciencia y la tecnología que se hace en Badajoz y en Extremadura favoreciendo encuentros entre los grupos de investigación y la sociedad, dando visibilidad a empresas de desarrollo tecnológico u organizando visitas guiadas a instalaciones científicas o industriales.
En fin, hablamos de un ente tan vivo como lo son la ciencia y la tecnología, y que evolucionará en la medida en que lo hagan éstas. Hablamos de un ente que merezca la pena visitar seis meses después de haberlo visitado, porque ya no será el mismo y nos abrirá expectativas nuevas. Hablamos de un ente que nos mantenga socialmente alerta en estas cuestiones y lleve un mínimo de lucidez a quienes pudieran preguntarse qué tiene que ver la sociedad, las formas de vida, la cultura en suma de cualquier sociedad con el desarrollo científico y el progreso tecnológico (¿alguien se puede preguntar esto en serio?).

Alegrémonos, pues, que construir futuro, además de una obligación, es siempre una apuesta segura."

domingo, 5 de noviembre de 2017

Museo de la Ciencia y la Tecnología en Badajoz, otro pasito más.



Nuevamente, el diario HOY (05/11/2017) se hace eco de la propuesta de crear un Museo de la Ciencia y de la Tecnología en Badajoz. Esperamos en breve tengamos una figura jurídica/administrativa que nos de cobertura para iniciar una ilusionante andadura, para la ciudad y para la región.


Museo de la Ciencia, Badajoz. Lorenzo J. Blanco
Museo de la Ciencia en Badajoz. HOY, 05/11/2017.
Natalia Reigadas, HOY, 5 noviembre de 2017.
El Museo de la Ciencia y de la Tecnología de Badajoz no quiere esperar más. Hace 20 años que es una cuenta pendiente en la ciudad, y ahora que ha recibido el apoyo de las instituciones, sus promotores quieren aprovechar el empuje y arrancar de una vez. Por ello, una de sus propuestas es que este servicio empiece en una sede pequeña, de unos 300 metros cuadrados, y con un presupuesto de unos 80.000 euros. Así podría ir organizando actividades y darse a conocer y más adelante continuar creciendo.
Hace 20 años que la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País (RSEEAP), junto con otros colectivos, persigue la puesta en marcha de un Museo de la Ciencia y la Tecnología de Badajoz. En 1999 la Asamblea de Extremadura aprobó un proyecto de 9 millones de euros para instalar esta infraestructura en un edificio de nueva construcción de unos 3.000 metros cuadrados. El ambicioso proyecto, sin embargo, se retrasó y finalmente la crisis económica lo borró por completo.
Ahora los promotores de esta idea han logrado revivirla. El primer paso lo dieron en enero al firmar un convenio de colaboración con la Universidad de Extremadura que cederá profesionales y apoyo a esta idea.
El segundo gran avance tuvo lugar la semana pasada cuando reunieron a los máximos representantes de la Junta de Extremadura, el Ayuntamiento de Badajoz y la Diputación Provincial. Guillermo Fernández Vara, Francisco Fragoso y Miguel Ángel Gallardo aceptaron convertir el Museo de la Ciencia y la Tecnología en una entidad jurídica para que ya pueda funcionar, aunque sea sobre el papel por el momento y para buscar financiación.
En las próximas semanas se reunirá la comisión cuya secretaría depende de La Económica y que contará con representantes de la Junta, el Ayuntamiento, la Diputación y la Universidad. El objetivo final de este grupo es que el museo arranque. Una de las propuestas de los promotores, para que el proyecto no se alargue más, será comenzar con una sede pequeña, de unos 300 metros cuadrados. Contaría, según señala Alfredo Álvarez, uno de los docentes detrás del proyecto, con tres espacios modulares de unos 60 a 100 metros cuadrados cada uno y estaría en el centro de la ciudad.
En este espacio habrá una zona de trabajo, un taller y una secretaría, una sala de exposiciones y proyecciones y un aula. Además deberían incorporar personal al proyecto, para lo que proponen un técnico y un informático. En total calculan que sería necesario, además de la cesión del local, unos 80.000 euros para la puesta en marcha inmediata del museo.
Ese museo provisional permitiría, según señala Lorenzo J. Blanco, dar vida al proyecto y comenzar a trabajar. Las actividades, por ejemplo talleres, irían mostrando a la ciudad que ya cuenta con un Museo de la Ciencia y la Tecnología.
Luis Carlos Fajardo Barrientos, secretario general de la RSEEAP, cree que en este punto la sociedad civil tiene mucho que decir. «La Económica en su historia ya ha logrado poner en marcha otras entidades en la ciudad como la Escuela de Maestros en su día o varias cátedras formativas. Llevamos desde el 97 con esta canción y esperamos lograrlo».
A largo plazo, el objetivo, según señala el proyecto que presentaron a las instituciones es poner en marcha un espacio de unos 2.000 metros cuadrados. Apuestan porque esté ubicado en un edificio de la ciudad que se ha quedado vacío, por ejemplo, la antigua central hidroeléctrica de Puentenuevo o La Pesquera, conocida como la Fábrica de la luz.
Este edificio lleva años abandonado y está en la carretera de Cáceres, junto a la margen del río. Otra posibilidad, apuntan los promotores de esta idea, es el Hospital Provincial de San Sebastián. Ya hay un compromiso para que la Escuela Oficial de Idiomas se traslade a este lugar, pero podría ser compatible, ya que el antiguo hospital cuenta con más de 20.000 metros cuadrados.
La futura sede contaría con una exposición permanente compuesta, inicialmente, por fondos de colecciones de diferentes instituciones como algunos institutos de secundaria, la universidad, etc. También habrá espacio para exposiciones itinerantes y zonas de divulgación con módulos temáticos sobre termodinámica, ondas, electricidad, mecánica, biología, etc. Así mismo proponen que haya un jardín de infancia para los más pequeños, un salón de actos y áreas de investigación además de despachos.

El museo en la calle
Otra parte del museo, que también quieren poner en marcha lo antes posible, sin esperar a la sede central, es la 'Ciudad Museo' (Badajoz, Museo de las Ciencias). Es decir, colocar en distintos puntos de la ciudad exposiciones científicas. Por ejemplo cuentan con la aprobación de la Confederación Hidrográfica del Guadiana para instalar en el río una Plaza de los Relojes que repase los distintos tipos de estos elementos. También un Paseo de las Matemáticas o una recreación del sistema solar.
El tercer pilar del museo, señala Lorenzo J. Blanco, sería una red virtual que agrupara todo el catalogo de investigaciones científicas e información de Extremadura. Sería una forma de unir todo el material y ponerlo a disposición de los que la necesiten.

Alfredo Álvarez destaca que las ciudades donde se han puesto en marcha museos de este tipo han mostrado mejores resultados académicos en las asignaturas científicas, es decir, que ha tenido un impacto directo en los escolares de la zona. Además el Museo de la Ciencia de Badajoz, defienden, podría ser un importante atractivo turístico, ya que no hay nada parecido en la zona suroccidental de la península. Calculan sus promotores que podrían recibir 200.000 visitas al año.

Otras referencias en la prensa:

Una comisión relanzará el Museo de la Ciencia. Vara se reúne con los promotores en la Económica del País. La Crónica de Badajoz. 21 de octubre de 2017. Redacción.

Relanzan el proyecto del Museo de Ciencias y Tecnología de Badajoz. EFE. 19 de octubre de 2017.



viernes, 20 de octubre de 2017

Pistoletazo de salida para el Museo de la Ciencia y la Tecnología en Badajoz


Museo de la Ciencia y la Tecnología en Badajoz. V. Arnelas
HOY, 20/10/2017. Fotografía V. Arnelas
 El jueves 19 de octubre de 2017 nos reunimos en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Badajoz, para dar el pistoletazo de salida para la creación del Museo de la Ciencia y la Tecnología en Badajoz

Os dejo la información que ha aparecido en HOY (20/10/2017) y un enlace a Canal Extremadura radio en el que hablamos del proyecto.

El artículo de Antonio G. Salas en El Periódico Extremadura 21/10/2017 

Y la información de Extremadura7días.



El audio de Canal Extremadura radio reproduce la entrevista desde el minuto 18 y 25 segundos al minuto 27.



NATALIA REIGADAS, BADAJOZ, HOY
Viernes, 20 octubre 2017

Tras casi 20 años de espera, el proyecto para crear un Museo de la Ciencia de Badajoz ha conseguido dar un paso importante y convertirse en una entidad jurídica que unirá a la Junta de Extremadura, el Ayuntamiento de Badajoz, la Diputación Provincial y la Universidad de Extremadura para impulsar su puesta en marcha. El compromiso surgió de una reunión que se celebró ayer en la Real Sociedad Económica de Amigos del País (RSEEAP), que lleva años promoviendo este museo junto con los docentes Lorenzo J. Blanco y Alfredo Álvarez.
En el encuentro, los responsables del proyecto lograron un compromiso para crear una comisión que diseñe unos estatutos para convertir el museo en una entidad jurídica. A la reunión acudieron el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara; el presidente provincial, Miguel Ángel Gallardo; el alcalde de Badajoz, Francisco Fragoso y el rector de la UEx, Segundo Píriz, entre otras autoridades.
El presidente de la RSEEAP, Alfredo Liñán, calificó la reunión de «un pistoletazo de salida importante». Alfredo Álvarez, otro de los promotores, indicó que una vez constituidos como entidad jurídica podrían optar a alguna subvención. Por el momento, la Económica ostentará la secretaría de la comisión, que contará con representantes de todas las administraciones que ya fueron nombrados ayer. Álvarez espera que la primera reunión de la comisión sea en dos semanas. Entonces se contará ya con un borrador de los futuros estatutos.
El objetivo del proyecto es crear un museo en dos partes. Por un lado, una sede física; por otro, elementos repartidos por la ciudad como, por ejemplo, un paseo de las matemáticas instalado en el parque del Guadiana o exposiciones científicas en los jardines del Meiac.
Una opción, según indica Álvarez, es ejecutar el museo en fases, lo que facilitaría la financiación del proyecto. En cuanto a la sede central, no descartan ninguna opción, ya sea construir un edificio o aprovechar algún inmueble vacío.
Los promotores destacan que este museo es una cuenta pendiente desde hace mucho tiempo en la ciudad y que sería un gran atractivo turístico, ya que no hay nada parecido en el cuadrante suroccidental de la península, ni en la zona española ni en la portuguesa.
20 años esperando
La propuesta de contar en la ciudad con un Museo de la Ciencia no es nueva, hace 20 años que está sobre la mesa. En el año 2000, con fondos del Plan Urban, el Ayuntamiento comenzó a reformar la antigua casa del pintor Luis de Morales, una casona del siglo XVI entre las calles Montesinos y la plaza de Santa María. Su destino iba a ser el Museo de la Ciencia y la Naturaleza de Badajoz pero todo cambió en junio de ese año cuando la Junta anunció que construiría un Museo de la Ciencia en Badajoz, en un edificio de nueva construcción sin una ubicación concreta. Se avanzó que podría suponer una inversión de 1.000 millones de pesetas (6 millones de euros). El equipo de Gobierno municipal decidió echar marcha atrás para que no hubiese dos museos con la misma temática y convirtió la casa del célebre pintor pacense en lo que es hoy el Museo de la Ciudad Luis de Morales.
El proyecto de la Junta no avanzó finalmente, pero nunca cayó en el olvido. La Económica, junto con los docentes Lorenzo Blanco y Alfredo Álvarez, continuaron promoviendo su puesta en marcha. En el año 2010 se creó una plataforma que llegó a reunir más de 1.700 apoyos en las redes sociales. Ese año sonó con insistencia la posibilidad de que el museo se ubicase en la antigua central hidroeléctrica de La Pesquera, en la carretera de Cáceres.
Querían recuperar la también llamada 'Fábrica de la luz', ya que la Confederación Hidrográfica del Guadiana renovó su entorno dentro de la obra del río. Esta propuesta tampoco llegó a concretarse.
El último paso en firme del Museo de la Ciencia de Badajoz fue el pasado mes de enero. Entonces la Universidad de Extremadura y la RSEEAP firmaron un convenio de colaboración para la creación de este espacio y anunciaron que podría llegar a recibir 200.000 visitantes al año.
El acuerdo especifica que este servicio contará con un museo de la ciencia, elementos científicos en parques o plazas de la ciudad y también un espacio virtual.
Sin embargo, sigue quedando sobre la mesa la cuestión de dónde ubicar el museo. Ahora no hay propuesta concreta, pero en enero sus responsables señalaron como posibilidades el antiguo Ifeba o el Hospital Provincial.




martes, 10 de octubre de 2017

Primera novela de Miguel Blanco. En la calle, Tau Editores. Cáceres. 2017

El martes  24 de octubre de 2017 presentación, en la Librería Universitas, de la novela a cargo de Manuel Pecellín



Puede adquirirse directamente en la página dela editorial Tau Editores o pidiéndolo a través de tu librería.

En el blog de Miguel Blanco se pueden encontrar referencias de su biografía y, específicamente, de los discos editados-


En la calle. Primera novela de Miguel Blanco. Tau Editores.
En la calle. Primera novela de Miguel Blanco. Tau Editores.
En el blog que Manuel Pecellín tiene en HOY (28/10/2017), se vierte la crítica que realiza de la novela que transcribo:

Una voz nueva, joven y prometedora, se suma a la bien nutrida pléyade de narradores extremeños (Luis Landero, Javier Cercas, Gonzalo Hidalgo, Ramírez Lozano, Pilar Galán, Julián y Javier Rodríguez, Susana y Martín Gijón, más un largo etc.). Nos referimos a Miguel Blanco, que acaba de publicar su primera obra, En la calle, título que da pistas sobre el drama sufrido por parte de los protagonistas aquí actuantes: el paro y los desahucios.
Natural de Badajoz (1980), donde tuvo su infancia y primera juventud, Blanco es Doctor en Física por la Universidad Pierre et Marie Curie de París, habiendo desarrollado labores profesionales en Suiza (CERN, Laboratorio Europeo de Física de Partículas Elementales), Argentina y Francia. Ahora reside en Madrid, donde participó muy intensamente en las actividades de protesta del 15-M.  Al mismo tiempo, tiene publicados dos discos con canciones propias, Preguntas y Ciudades. Son numerosas las referencias que se pueden localizar en el libro a estas pistas autobiográficas.
El personaje central de la novela es Isidro Mayoral, treintañero también afincado en Madrid con raíces rurales ya olvidadas. Indolente hasta la exasperación, antihéroe prototípico, dejó sin terminar Ingeniería de Telecomunicaciones (hace alguna intentona por concluirla), malviviendo de trabajos ocasionales, cada vez peores; de sablear a los amigos, que tampoco están para muchos trotes, y de los padres, hasta el divorcio de los cónyuges. (El marido es un empresario corrupto; la madre, su antítesis, una mujer valiente, laboriosa y solidaria, cada vez más comprometidas con asociaciones vecinales, que afrontará la pérdida del hogar sin desmoronarse).
Mayoral, un irredento “nini” (ni estudia, ni trabaja), perezoso y frívolón, debe ir recortando salidas nocturnas, alcohol, cafés, películas y otros gastos superfluos a medida que su situación económica se agrava, hasta la caer en la pura indigencia. Sobrevive, como otros muchos, esforzándose por mantener algún rescoldo de las movidas nocturnas por ese Madrid de la crisis económica y social, convertido en urbe implacable, tan bien descrito en estas páginas.
Otras figuras, si secundarias, añaden atractivas teselas a esta mosaico sociológico, tal la polifacética Luisa, cuya juventud no impide que tenga ya recorrido medio mundo, o Pedro José, el mejor amigo, un todoterreno impagable.
Aparte de su valor como retrato de época, la obra se distingue por la soltura del lenguaje en que se maneja el novelista, a modo de narrador omnisciente, y la frescura de los diálogos. Muy bien construido el relato, en el que van cruzándose historias múltiples, todas las cuales nos parecen más o menos comunes estos años últimos, la prosa decae ocasionalmente (cacofonías y términos repetidos con excesiva proximidad).  Miguel Blanco volverá a sorprendernos con futuras entregas, acaso no lejanas.


viernes, 29 de septiembre de 2017

La necesidad del Pacto por la Educación en España

En numerosas ocasiones se habla de la necesidad de un pacto educativo, sin terminar de concretar qué se quiere decir con esa reivindicación. Lo único que queda claro es que hay que parar esta continua aprobación de  leyes sobre educación que perturban el trabajo escolar. Pero para hablar de un Pacto sobre la Educación tenemos que aclarar si nos referimos a la educación en general, a la estructura del sistema educativo, a la necesidad de modificar y clarificar el currículo, definir con claridad el proceso de enseñanza/aprendizaje que deseamos para nuestros hijos y nietos, adaptar la educación a las necesidades del siglo XXI, determinar cuál debe ser la participación de los padres en el sistema, etc. Muchas preguntas que se obvian cuando se habla de una educación en crisis pero sin las cuáles no hay posibilidad de hacer un sistema educativo más eficaz.

Os dejo el artículo que HOY, me publico el 21 de marzo de 2017. Una pequeña reflexión sobre este problema y cómo debería abordarse.

La necesidad de alcanzar un pacto educativo es una idea que se repite como un mantra asumido que no admite discusión. Es complicado decir que se está en desacuerdo. El problema, y las posibles discrepancias, surgen cuando se quiere darle contenido concreto a un compromiso y se inicia el debate sobre qué problemas de la educación son más acuciantes y sobre las posibles medidas correctoras. Y, además, considerar cuáles serían los acuerdos de aplicación inmediata y cuáles deberían sobrevivir a los cambios de legislatura y vaivenes políticos.
Lorenzo J. Blanco Pacto por la Educación HOY
Algunas cuestiones sobre el pacto educativo.
HOY, 21/03/2017
No es una situación trivial como quiere presentársenos, y existen diferentes perspectivas para la educación y múltiples variables a considerar. De inicio, habría que aclarar si nos estamos refiriendo a la Educación en general, al proceso de enseñanza y aprendizaje que se desarrolla en los centros educativos, a la necesidad de conformar un nuevo currículo para el siglo XXI, o a la estructura del sistema educativo, por señalar algunas cuestiones que serían prioritarias. Y aclarar, también, si el objetivo de la educación es formar personas con una educación integral o le damos prioridad a la inserción en el mundo laboral, como se deduce de algunos informes internacionales al uso y al abuso. Esto solo por señalar cuestiones diferentes, aunque interrelacionadas, que forman parte del complejo mundo de lo que llamamos la educación y que por lo tanto debieran ser analizadas y acordadas en ese posible pacto.
Por otra parte, sería necesario determinar el compromiso de las administraciones nacionales y autonómicas para llevar a cabo los acuerdos alcanzados. No basta con firmar un acuerdo, ya que el entramado mundo de las administraciones en el Estado de las Autonomías hace que muchos acuerdos y compromisos alcanzados se paralicen en algún nivel administrativo. Existen numerosos precedentes.
Complementariamente, se haría necesario por parte de las organizaciones políticas el compromiso de considerar las propuestas concretas de los profesionales, docentes y/o investigadores de la educación donde haya acuerdo casi unánime. Los años de experiencia profesional, docente e investigadora, y de participación en tareas de gestión dentro del ámbito educativo me permiten afirmar que las administraciones educativas, nacionales y de comunidades autónomas, no valoran ni tienen en cuenta los estudios y conclusiones que los expertos proponen para mejorar el sistema educativo. En la mayoría de las ocasiones a pesar de haberlas costeado.
Sería fácil recurrir a estudios solventes para comprobar que hay situaciones a corregir que se mantienen desde hace mucho tiempo. Los resultados de las evaluaciones nacionales e internacionales sugieren que el sistema educativo es manifiestamente mejorable. Pero también podríamos señalar diferentes trabajos de observación o experimentales para comprobar que en la gran mayoría de las aulas de todos los niveles educativos (primaria, secundaria y universidad) los métodos expositivos tradicionales y los contenidos curriculares han evolucionado muy poco, aunque ya no se utilice la tiza y la pizarra. O sí.
Existen trabajos de investigación que muestran importantes desajustes entre los materiales curriculares (escritos y/o digitales) y los organizadores de los currículos, mientras que la administración mira hacia otro lado y los aprueba sin realizar ningún análisis serio de los mismos y sin tener en cuenta los de los expertos al respecto. Y eso por no hablar de las competencias cuya referencia parece más una retórica modernista y anecdótica que una realidad concreta en las propuestas curriculares y cuyo significado sigue sin concretarse en las aulas. Algunos hablan del ‘nuevo paradigma de las competencias’ sin conocer el significado de ninguno de los dos vocablos. En relación al uso de las tecnologías en las aulas se han marginado las recomendaciones de los expertos y se sigue insistiendo en el hecho de considerar más importante la posesión de la herramienta que lo que se pueda hacer con ella en relación al proceso de enseñanza y aprendizaje.
La formación permanente del profesorado está obsoleta desde hace muchos años, la ruptura entre la investigación educativa y la práctica profesional es evidente, y así otras situaciones que debieran ser objeto de  reflexión y acuerdo por las administraciones. Todo ello debiera considerarse en el Pacto Educativo.
Adaptar la educación al siglo XXI exige partir del trabajo en el aula, de la consideración de la investigación educativa, del papel de la educación en una sociedad tecnológica y global que nos toca,… con argumentos sólidos para que este cambio sea posible y duradero, permitiendo ‘aprender a aprender’ como exige el futuro inmediato. Insistiendo en una educación integradora y colaborativa que permita y favorezca el desarrollo de la persona en todas sus dimensiones. Donde el aspecto laboral es una más de ellas.
Finalmente, recordaré la necesidad de entender que el motor esencial de todo cambio educativo son los profesores. Así toda propuesta no puede ni debe hacerse sin contar con ellos. Es necesario que asuman conscientemente el cambio como algo necesario, asumiendo la importancia de modificar actitudes, contenidos y procedimientos, de profundizar en la innovación educativa, y que el desarrollo profesional es un continuo necesario en la actividad docente. Este último aspecto es competencia de los docentes pero la administración tiene la obligación de favorecerlo haciendo que la profesión docente tenga la importancia que se merece en toda sociedad avanzada.

viernes, 22 de septiembre de 2017

Jesús Sánchez Mera



Era una época y lugar que nos permitió una relación entrañable e inolvidable a los niños que crecimos en los patios de Santa Marina. Estábamos un tiempo sin vernos pero en cada encuentro continuábamos la conversación como si la hubiéramos interrumpido el día anterior.


Jesús Sánchez Mera
Jesús Sánchez Mera
Hace unos tres años escribía acerca de Juan Carlos Bureo porque nos había dejado y su ausencia nos agitaba a todos los niños de Santa Marina, pero especialmente a los más pequeños. Fue un mala época para los Bureos. Desde entonces se fue Ana López y desde hoy les acompaña Jesús que parece ir, además, en busca de sus padres.
Aunque en los últimos años hubiéramos tenido poco contacto todos los que convivimos con él seguíamos su situación y la comentábamos con tristeza y alegría por los recuerdos que nos traía su evocación. No hacía falta vernos con frecuencia porque el sentimiento de amistad perdura en todos aquellos que crecimos junto en los patios. Jesús era del patio ocho y de los que se hacía notar y querer.
Jesús Sánchez Mera
Jesús Sánchez Mera

Mis recuerdos hacia él como niño inquieto, conversador hasta el infinito, preocupado por el entorno y por las personas de su alrededor, entrañable. Profundizamos la amistad en nuestra adolescencia cuando compartíamos inquietudes personales, sociales, culturales y religiosas, allá por los sesenta y setenta. Y muy buenos momentos en “el lati” jugando en una pista de tenis que nos hicimos y que cuidábamos como si fuera el mismo Wimbledon.
Jesús Sánchez Mera
Jesús en la primer actuación de Pablo Guerrero en Badajoz
Recuerdo los debates y propuestas en la JEC intentado aportar nuestro granito para el cambio de una iglesia que considerábamos no estaba con quien tenía que estar y no cumplía su papel. Los viajes en tren para asistir a reuniones nacionales compartiendo tiempo y lo que tuviéramos. Y las largas conversaciones con Vicente Robles sobre el sentido de la vida buscando comprender cuál era nuestro papel en la sociedad que nos había tocado vivir. Su participación en los primeros eventos contestatarios que se programaron en Badajoz era constante y sus inquietudes permanecieron a lo largo de su vida. Su participación en la Marcha andando para pedir la Universidad de Extremadura y en otras reivindicaciones propias de una persona inquieta y preocupada por crecer y ayudar a crecer a los demás.
Jesús Sánchez Mera
Jesús, en Guadalupe en la marcha andando a Madrid
para pedir la Universidad de Extremadura.

Luego, la vida nos llevó a lugares diferentes. Su vida se desarrolló largamente en Valencia de Alcántara como médico donde dejó una huella imborrable a juicio de los vecinos y pacientes que le visitaron.
A pesar de todo, la relación entrañable con Jesús siempre durará porque en nuestras raíces emocionales hay muchas ramas comunes.

Un abrazo, Jesús.

martes, 12 de septiembre de 2017

Los extremeños y la autoestima.


El Periódico HOY (12/09/2017) me publica un nuevo artículo acerca de la poca autoestima que, consciente o inconscientemente, manifiestan algunos extremeños. No entiendo porqué consideran que tengamos que ser menos que el resto de los españoles.
Os dejo el texto por si es de vuestro interés.

Los extremeños y la autoestima. Lorenzo J. Blanco Nieto. HOY (12/02/2017).
Los extremeños y la autoestima. HOY, 12/09/2017 Tren AVE
Los extremeños y la autoestima. HOY, 12/09/2017
Algunas manifestaciones recientes de resignación para aceptar tener menos y/o peores servicios que ciudadanos de otras comunidades me han sugerido escribir acerca de la poca autoestima que en ocasiones muestran algunos extremeños. Y creo que la reciente celebración del Día de Extremadura es fecha apropiada para ello.
Los escritos, en prensa y comentarios en las redes, están poniendo de manifiesto nuestras carencias sobre la falta de una red de comunicación ferroviaria y otras infraestructuras pero, al mismo tiempo, también muestran lagunas de algunos responsables políticos y colectivos de la llamada sociedad civil que parecen aceptar que sigamos siendo menos que los demás. El debate sobre el tren en Extremadura está siendo prolífico con diferentes aportaciones interesantes y cultas como la reciente relación entre el ferrocarril y el cine con la que nos agració recientemente Alejandro Pachón (HOY, 28/08/2017).
No voy a hacer referencia personales para evitar las polémicas estilo Sálvame que son tan frecuentes para dar respuestas a quien nos contradice o nos corrige. Lo que quiero es transmitir un sentimiento de rabia que me viene a la mente y al corazón cuando se intentan dar argumentos para evitar la protesta o asumir la discriminación.
En demasiadas ocasiones tengo la impresión que hay personas que admiten consciente o inconscientemente, que los extremeños seamos menos que el resto de los españoles, y que nuestros servicios sean peores, en calidad y cantidad. Es verdad que esto ha sido así desde hace muchos siglos, no desde siempre, pero eso no significa que debamos aguantarnos y aceptar nuestra situación como irremediable y sin solución. También es cierto que en los últimos años hemos mejorado nuestras infraestructuras y los servicios que recibimos y acortado nuestras diferencias respectos de otros lugares. No me resigno a lo primero y no me acomoda ni me tranquiliza lo segundo. Ambas situaciones me animan a seguir luchando por una Extremadura mejor y una España que sea capaz de equilibrar los servicios para todos los españoles, independientemente de la Región/Comunidad/ Nacionalidad o lo que sea donde vivamos. Tan difícil es entender que todos los españoles tenemos los mismos deberes y derechos.
Esta es una premisa que nadie se atreve a contradecir, pero que en la práctica política o en el ardor de las discusiones se pone en tela de juicio aún en contra de nuestros intereses. Incluso utilizando palabras malsonantes como recurso literario y propagandístico.
Y me viene esta rabieta a propósito de aquellos que empiezan a rebajar nuestras pretensiones máximas con respecto al proyecto del ferrocarril para estos próximos años. Además olvidan que la red de comunicación que se pide no es solo una cuestión regional, ya que la situación de Extremadura es clave en la comunicación entre Madrid y Lisboa. Resulta que el AVE pasará en breve por todas las Comunidades de España y así está consignado en los presupuestos Generales. Será el tren del futuro inmediato en el país para todos los españoles menos para los extremeños. ¿Tenemos que conformarnos con esta situación? ¿Es posible que una vez más nos discriminen? ¿Debemos conformarnos con menos aunque mejoren la situación actual, lo que es muy fácil? Por eso estoy de acuerdo con la consigna de “Tren digno en 2017 y AVE en el 2020”
Esta falta de consideración hacia Extremadura y hacia los extremeños me enfada cuando se produce por personas de otros lugares, pero cuando alguien lo acepta y se dice de nuestra tierra, me enerva. Si además este es representante público me subleva. ¿Cómo puede representarnos quien se conforma con ser menos que los demás y quien acepta que nuestros servicios sean inferiores al del resto de los españoles? Pagamos los impuestos que nos corresponden y por ello tenemos derecho a disfrutar de los mismos servicios. Es un postulado básico que ha costado mucho sudor y sangre conseguirlo para que ahora nos lo quieran echar por tierra.

En las charlas que tengo a respecto de esta falta de autoestima relato una metáfora que puede servir para terminar esta reflexión y dejar claro lo que entiendo debe ser la postura de toda Extremadura, ciudadanos, representantes políticos y sociales e instituciones públicas y privadas, en relación a las comunicaciones ferroviarias, la autovías pendientes, las ayudas a la industrialización y para todas las cuestiones que nos afectan. Supongamos que asistimos a una comida para lo que previamente hemos abonado el precio del menú. Y observamos que a todos les sirven jamón ibérico y buen vino, mientras que a nosotros me dan mortadela y vino peleón. Conste que me gusta la mortadela y, en ocasiones, bebo el vino peleón y si es presupuesto solo da para ello toca conformarse, pero todos por igual. Es evidente que reclamaría el mismo servicio y pediría explicaciones por la discriminación. Admito que algunos con poco carácter podrían contentarse con la mortadela y que no dijeran nada, y que otros pudieran buscar escusas para justificar su inacción o llamar la atención para marcar su diferencia, pero cuando se trata de luchar por los derechos de los extremeños debemos exigir los mismos servicios que los de los demás españoles. Tenemos que mantener viva nuestra autoestima para hacernos valer. Así de simple.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Ferrocarril y cine en Extremadura. Alejandro Pachón


El martes, 29 de agosto de 2017, Alejandro Pachón, Publicó un maravilloso artículo sobre el ferrocarril en Extremadura.

Lo hizo extrayendo imágenes de diferentes películas y de su historia personal en relación a los viajes que, en un pasado no muy lejano, se podían hacer por Extremadura y sobre estaciones y apeaderos que recordamos. El texto es ameno y sencillo y refleja su enorme cultura cinéfila y sus dotes maravillosas de escritor.
No es un texto más de los muchos que se han/hemos escrito para reivindicar el tren en Extremadura, es una aportación singular que me he permitido reproducir para su difusión. La comunicación física y cultural es fundamental para el desarrollo de las personas.
Ferrocarril y cine en Extremadura. Alejandro Pachón.
Ferrocarril y cine en Extremadura. Alejandro Pachón.
HOY, 29 de agosto de 2017


Dada la dificultades que pueda tener su lectura en esta imagen del HOY, los lectores pueden acudir a la página de hoy cliqueando en el título del artículo o en el texto a continuación que es copia del mismo.


Las reivindicaciones del colectivo ‘Milana Bonita’, que se unen a las de todos los extremeños que vivimos aislados del resto del mundo, nos hacen recordar ‘Los santos inocentes’, película que icónica e ideológicamente simboliza nuestra condición de marginados

ALEJANDRO PACHÓN RAMÍREZ
Doctor en Historia del Arte E Historiador y crítico de cine
Lunes, 28 agosto 2017.

Las reivindicaciones del colectivo ‘Milana Bonita’, que se unen a las de todos los extremeños que vivimos aislados del resto del mundo, de los que no podemos permitimos vuelos de avión, ni nos gusta o no queremos conducir y nos mareamos en un autobús en el que, probablemente, no haya un W.C. imprescindible para personas de ciertas edades, nos hacen recordar ‘Los santos inocentes’, película que icónica e ideológicamente simboliza nuestra condición de marginados.
Hay una paradoja en esta película que ahonda en nuestra frustración. Una de las secuencias de inicio es la llegada a la estación de Zafra del joven Quirce vestido de soldado mientras en el andén le espera su hermana Nieves. Luego se van a la cantina, donde la chica contará al muchacho las cosas que han ocurrido en su familia durante la estancia en la ‘mili’. Pues bien, en la época en la que transcurre la acción, años sesenta, había muchos más y mejores trenes en nuestra región que actualmente.
Uno, que es familia de ferroviarios y que por tanto viajaba gratis, hacía la ruta Mérida-Sevilla casi todas las semanas. Era un viaje de excesiva duración, teniendo en cuenta la distancia, pero en aquellos vagones de seis asientos –confortables sillones si se iba en primera clase–, se podía mirar el paisaje con la ventana abierta, dormir, estudiar o leer, comer y relacionarse. No era un tiempo perdido ni aburrido. Trenes en los que te podías bajar y subir en las estaciones, ya que, aunque arrancara y estuvieras tomando algo en la cantina, te daba tiempo a subirte sin esforzar mucho el paso.
Antes de que yo pudiera viajar solo, en el expreso de medianoche íbamos y volvíamos mi padre y yo de Mérida a Madrid en el día, a ver alguna película. El tren era nuestro hotel a la ida y a la vuelta. No se dormía mal en los asientos de primera. Por la mañana íbamos al Rastro, a la cuesta de Moyano o al Prado, comíamos en el autoservicio Tobogán, en la Puerta del Sol y luego a alucinar al Teatro Albéniz con su flamante sistema de Cinerama. Mi padre ferroviario disfrutaba tanto o más que yo en la secuencia de ‘La Conquista del Oeste’ en la que Richard Widmark intenta construir el «camino de hierro» pese a los ataques de los comanches y las estampidas de búfalos. Por no hablar del final, cuando el ‘marshall’ George Peppard intenta detener el atraco de Eli Wallach a un tren y que acaba con un descarrilamiento espectacular.
Luego aparecieron los Talgos a Madrid o el ‘Ruta de la Plata’ de Sevilla a Gijón, también con parada en Mérida. Habíamos vencido a los comanches y a los búfalos. La infinita pradera ya era navegable. Y de pronto, no recuerdo cuándo o no quiero recordarlo, todo se vino abajo. Nos quedamos aislados. Empezaron a aparecer ciudades fantasmas que antes estaban llenas de vida gracias al ferrocarril. Desolados apeaderos en ruinas. Casas para trabajadores de Renfe abandonadas.
Los que conocimos Mérida en los sesenta sabemos la importancia que tuvo el ferrocarril en la ciudad. La vitalidad y puestos de trabajo directos e indirectos que proporcionaba y, para los que éramos niños, las noches en la terraza del Cine Ferroviario, de cuyas berenjenas con su palo de hinojo y sus habas fritas ya he escrito en otras ocasiones. Para mí el iconema de aquel cine fue la película ‘Gigante’, en la que me enamoré de Elizabeth Taylor, cuando pasa su luna de miel con Rock Hudson en un tren nocturno y al amanecer su vagón es desenganchado en el apartadero privado del rancho Reata mientras bolas de arbustos llamadas «rosas de Texas» vuelan entre el polvo, con miles de vacas punteando un horizonte inacabable. En ese mismo apeadero y al atardecer descargarán el ataúd que trae al joven mexicano interpretado por Sal Mineo y muerto en la II Guerra Mundial.
En el cine español, cuando alguien llega a un pueblo, lo hace en autobús de línea –cestas con gallinas y maletas de cartón atadas con una soga– mientras que si es a una ciudad lo hace en tren. Sin embargo en las décadas de los cincuenta a los ochenta, un gran número de pueblos extremeños tenían su estación o su apeadero en servicio. Casi todos, incluido El Carrascalejo, el municipio más pequeño de Extremadura. Hay un nostálgico título, ‘El andén’ (Eduardo Manzanos, 1957), en el que Jesús Tordesillas hace de un jefe de estación a punto de jubilarse y cuenta la importancia que tenía el paseo desde el pueblo a la estación durante las veladas nocturnas y del andén como lugar público de esparcimiento que sustituía a la plaza del pueblo. En Villafranca de los Barros, cuando niños, tomábamos una especie de diligencia con caballos por la mañana temprano, el Coche de Correos, que nos acercaba a la estación. A la altura de la fábrica de aceite nos convertíamos en John Wayne disparando a los indios, hasta que llegábamos a la cantina –la estación de postas de nuestro imaginario Pony Exprés– donde mi abuelo se tomaba un café de puchero y una copa de anís charrasco entre el vapor de las máquinas y la niebla.
No soy de los que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero el caso del tren en Extremadura es una de las excepciones que confirman la regla. No sé si al paso que van las gestiones, me dará tiempo a disfrutar de las ventajas de los descuentos para jubilados. De momento, y visto el veranito que nos han dado, no utilizaré la Tarjeta Dorada, no sea que vaya a quedarme tirado en medio de un páramo mientras viene un autobús a recogerme desde el quinto pino, con destino incierto y sin retrete. Y puede que también nos asalten los apaches. Aunque creo que ya lo han hecho.