![]() |
HOY, 23/08/2022 |
Artículo publicado en HOY (23/08/2022)
“Se
trata de una zona amplia que presenta unas connotaciones especiales en cuanto a
situación socioeconómica (precariedad, delincuencia, droga, tráfico de estupefacientes)
y tipología y estado de conservación de sus viviendas (infraviviendas), que
muestra un deterioro generalizado - no solo de las viviendas sino de las
dotaciones e instalaciones urbanas, que son casi inexistentes -, que motiva el
hecho de que no se esté produciendo la rehabilitación de la misma, a pesar de
la existencia de ayudas económicas que se están tramitando desde el año 2001”
(P. 2). La zona a la que se refiere es a la del Campillo y otras seis manzanas
del Casco Antiguo.
El
párrafo es literal del Expediente de declaración de Zona de Protección Acústica
Especial, publicado por el Ayuntamiento de Badajoz, en el Boletín Oficial de la
Provincia (21/07/2022), al que le siguen otras referencias sobre el deterioro
progresivo de las viviendas y el reconocimiento del abandono continuo de las
familias.
Reconocen
que existe un problema real de delincuencia, droga y tráfico de estupefacientes
que es visible, también, en el núcleo central del barrio. Sería interesante
conocer cuántos puntos de venta de droga hay en el Casco Antiguo. La falta de
seguridad es evidente como se muestra en las informaciones que nos indican,
entre otras cuestiones, la ruptura de la mitad de las cámaras de vigilancia que
se han colocado recientemente.
El
número de viviendas vacías y el abandono del barrio es notorio como se reconoce
en el documento, y no solo en esa zona. A finales de los 90 el barrio llegó a
tener más de 12.000 habitantes, mientras que ahora somos poco más de 10.000
vecinos. Es decir, 2.000 vecinos menos que se perdieron justo en los primeros
años de este siglo. Y eso, a pesar de que en zonas aledañas de Ronda de Pilar y
Calle Mayor se han ocupado viviendas de nueva construcción. Si a unas zonas llegan
nuevos vecinos y la población total sigue disminuyendo, es evidente el abandono
de otras zonas que son, justamente, las más típicas del barrio.
Podría
esperarse que, tras este acertado análisis de la zona, el equipo redactor de
este expediente nos presentara alguna actuación específica en el marco de un
proyecto integral más amplio que contemplara aspectos sociales, económicos, de
seguridad ciudadana, culturales y educativos, etc. Que nos hablara de las dotaciones
e instalaciones urbanas interesantes en el proyecto. Pues no, la única preocupación
que se contempla tiene que ver con la apertura de locales de hostelería
relacionados directamente con el ocio. Es decir, los redactores del expediente
estarán de acuerdo con la situación actual de la calle de San Juan, donde la
mayoría de locales están cerrados, numerosos pisos vacíos y vecinos que son directamente
invitados a abandonar sus viviendas para permitir la actividad de ocio
nocturno, en condiciones de claro incumplimiento de la legislación sobre el
ruido.
Esta ocurrencia es una más de las que, periódicamente, aparecen en los medios de comunicación y, como en muchas ocasiones, son proyectos vacíos de ideas y de propuestas realistas para recuperar nuestro barrio más emblemático. Es como si tuvieran mala conciencia y periódicamente tienen que hablar de ello, como nos pasa con el tren. Vuelve a ponerse de manifiesto que para algunos personajes públicos recuperar nuestra referencia urbana básica es convertirla en un parque temático y de ocio.
En el Palacio Municipal se celebran, periódicamente, reuniones con asociaciones vecinales, de comerciantes, culturales, de artistas, de padres jóvenes, etc. del barrio donde se habla de la necesidad de conseguir un barrio habitable lo que supone conseguir un espacio vital para todos, y no solo para el trabajo funcionarial y administrativo de mañana y el consumo de ocio por la noche. En todas las propuestas subyace la idea de convertir el barrio en una zona de vida que tenga en cuenta la historia del Casco Antiguo, pero reconociendo que ya nos hemos adentrado en el siglo XXI. Estamos convencido que ello es la llave, además, para la conservación y puesta en valor de nuestro patrimonio histórico y cultural.
No es que me oponga a que se abran establecimientos de copas y de hostelería, pero rehabilitar un barrio exige algo más. En cualquier caso, si el ayuntamiento opta por las salas de fiestas, discotecas y demás le recordaría tres cuestiones. La primera, que se cumpla la legislación vigente. La segunda que vigile su cumplimiento y, en tercer lugar, que sancione a quien no la cumpla. No creo que haya nadie en desacuerdo con estas tres recomendaciones. Pero la realidad es tozuda porque nos muestra que es el propio Ayuntamiento quien no cumple con la legislación actual en materia de contaminación acústica y medio ambiente urbano. Consecuentemente, los otros dos puntos le sobran.
Los vecinos y las asociaciones del barrio somos los principales impulsores y mantenedores del Casco Antiguo, por favor, no nos echen.