Cuando sales a pasear, en Badajoz, es frecuente cruzarte con personas que han sacado a pasear al perro. Bueno, rectifico, a los perros, porque cada vez es más frecuente que vayan con un par de ellos.
Por motivos profesionales y turísticos he viajado por España y gran parte de Europa y puedo decir que Badajoz es la ciudad donde más perros por habitante he visto. Y donde más permisividad hay hacia ellos.
Algunos se extrañarían de ver la normativa sobre perros en la vía pública en ciudades como París o Copenhague.
Es verdad, que cada vez hay más ciudadanos que recogen las cacas que sus perros dejan en la calle. Todavía las aceras de Badajoz y sus parques tienen numerosas muestras de que por allí pasó un perro y el . . . de su dueño.
Pero todavía hay algo que los dueños de los perros no quieren asimilar: los perros no pueden orinar en cualquier lugar de la vía pública. Los portales y cocheras del casco antiguo o las farolas de sus plazas son lugares escogidos para que la evacuación de los perros. Los olores y las manchas permanencen mientras que los dueños se van tan tranquilos pensando que son educados porque no lo han hecho en medio de la plaza o de la acera. Y diles algo.
Un poquito de educación para que la ciudad pueda estar más limpia y los paseos resulten tranquilos.
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