Hace algunos años que iniciamos una
línea de investigación en evaluación en Matemáticas y como consecuencia de ello
han salidos tesis, trabajos final de máster y grados y, consecuentemente,
varios artículos, capítulos de libros y publicaciones en congresos.
Hoy muestro un artículo publicado
en la Revista Unión que edita la Federación Internacional de Sociedades de
Profesores de Matemáticas (FISEM).
Sobre la evaluación en Matemáticas:
“La evaluación es uno de los
organizadores del currículo menos trabajado desde el punto de vista de la
investigación. Sin embargo, con las evaluaciones el profesor selecciona y dota
de sentido a unos contenidos y objetivos concretos, mientras los restantes
difícilmente dejarán poso en los alumnos (Goñi, 2000; Cárdenas, Gómez y
Caballero, 2011). Y, por otra parte, lo que el profesor evalúa condiciona el
aprendizaje de los alumnos, dado que éstos se centran en asimilar los conceptos
que el profesor evaluará (Lester, y Kroll, 1991; Abraira, 1993; Gairín, Muñoz y
Oller, 2012), olvidando los que no se evalúan regularmente.
También debemos considerar la
importancia de los materiales escolares, que son “recursos instruccionales importantes
que caracterizan la enseñanza y el aprendizaje. La forma en que los libros de
texto reflejan determinados aspectos de los conceptos puede influir en lo que
los alumnos aprenden (qué y cómo) si admitimos que proporcionan la mayor parte
del contenido matemático que los estudiantes deben aprender, y son además una
de las principales fuentes de actividades y tareas” (García y Llinares, 1995,
p. 104).
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