En alguna entrada
anterior hice referencia un reciente viaje a Rumanía. Hoy contaré una anécdota
en relación a la primera cerveza que probé en Brasov.
Llegamos sobre las 16 h. de la tarde al apartamento que teníamos contratado y, ante la dificultad de encontrar un restaurante
cercano donde satisfacer alguna necesidad, decidimos entrar en una tienda,
comprar algo de comida y bebida e irnos a casa y descansar del viaje.
Así lo hicimos y la
sorpresa fue al comprar la cerveza ya que sólo tenían dos botellas de 2,5
litros cada una. Obviamente las botellas eran de plástico.
Las litronas más grandes que haya visto. Muy baratas ya que
su precio eran 5,5 lei o ron, que equivalía, más o menos, a 1,20 euros, según el
cambio que hicimos. Hay que decir que lo frecuente en Rumanía es que la cerveza servida sea de 0,5 litros. En algunas casos sirven 0,33 l. embotellados de marcas no rumanas.
Las cervezas no eran buena, pero estaban frías y en aquel momento, con el calor y el cansancio acumulado, nos
sentó muy bien.
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